Visión:
La transformación digital de una organización únicamente tiene éxito cuando se produce un compromiso total por parte de la dirección, es decir el CEO de la empresa debe ser el motor del proceso de digitalización de la compañía. Sin la máxima implicación de la dirección resultará totalmente imposible realizar un cambio de esta índole en la cultura corporativa.
Es necesario replantear una visión empresarial basada en una nueva cultura digital que se transmita transversalmente a la totalidad de la organización.
Un liderazgo comprometido marcará la diferencia entre una simple implantación de tecnologías y la verdadera transformación de la empresa.
Personas:
La transformación digital no es un cambio tecnológico, es un cambio de cultura empresarial a través de la tecnología. Las empresas están formadas por un equipo humano, por tanto no son las compañías las que se transformas digitalmente sino las personas.
Es necesaria esta aclaración para poner de manifiesto la importancia de las personas en el proceso de la digitalización de las compañías.
El ser humano por naturaleza tiene miedo a la inseguridad del cambio, por este motivo uno de los principales retos es lograr que el equipo humano pierda el miedo y vislumbre las oportunidades y ventajas de la digitalización. Para ello es necesaria la capacitación en las diferentes materias digitales, fomentar el Employer Branding, detección de influencers digitales dentro de la organización, crear estructuras menos verticales o fomentar la colaboración entre otros.
Además, hemos de incorporar cargos directivos orientados a lo digital, que ayuden al CEO a facilitar la transformación. Como por ejemplo: Chief Digital Officer, Digital Marketing Manager, Chief technology Officer, etc. También son necesario otros roles digitales más operativos como las figuras del SEM specialist, Web developer, Social Media Manager, SEO especialist, Data Scientist…
¿Cómo logramos atraer este talento digital?
La selección de personal debe ser acorde al mundo digital: detección de talento en redes sociales, creación de una imagen digital positiva como empresa empleadora o definir estrategias de empleados como embajadores de marca.
Procesos:
La transformación digital conlleva cierta automatización de procesos, lo que nos permite orientar a nuestro equipo humano a funciones más estratégicas. La automatización de procesos gracias a la tecnología digital, logra que se reduzcan los tiempos, los costes y también los errores humanos.
Mediante la digitalización obtendremos nuevos datos acerca de nuestros procesos. Es necesario implementar un sistema de captación, medición y análisis de dichos datos. Gracias a la optimización de nuestros procesos lograremos mejorar la toma de decisiones, seremos una compañía más ágil y en definitiva aportaremos más valor a nuestros clientes.
Cliente:
El consumidor es cada vez más digital, y adopta una mayor interacción digital con las empresas. Si ésta, no existe o no está optimizada, puede provocar el malestar de los consumidores y provocar la búsqueda de otras marcas que sí tengan un modelo digital optimo. Por tanto la transformación digital es un proceso que no tiene que estar liderado por la tecnología sino por el cliente.
Hemos de hacer foco en la digitalización de la experiencia del cliente. Para ello, es necesario a través de los Social CRM, estudiar y conocer a nuestro cliente mediante la escucha activa y análisis de las redes sociales. Los clientes interactúan con las empresas por diferentes canales, es vital identificar todos los puntos de contacto con el cliente para mejorar su experiencia. La atención al cliente por diferentes canales como por ejemplo la inmediatez de Twitter es una realidad para muchos sectores.
El Customer Journey Map es una excelente herramienta para identificar y analizar los diferentes puntos de contacto del cliente con la marca a través de su proceso de compra.
Métricas:
Si realizamos una transformación digital de la empresa, también deberemos realizar un seguimiento de los resultados de las estrategias y acciones llevadas a cabo.
Hemos de tener en cuenta los objetivos que queremos alcanzar con el proceso de transformación y la inversión que vamos a realizar, para posteriormente seleccionar aquellos indicadores de gestión KPIs de los objetivos que queramos medir y que posteriormente incluiremos en el cuadro de mando.
Algunos ejemplos de métricas son: agilidad del cambio, indicadores de uso de herramientas digitales por parte de los empleados, visitas al site, conversiones realizadas, tiempo en procesos, calidad de servicio, etc.
Como hemos visto a lo largo del artículo la transformación digital no es únicamente tecnología. Para llevarla a cabo con éxito es necesario trabajar en muchos aspectos de la organización, como por ejemplo: la redefinición de procesos, la selección de talento digital, la visión, la experiencia de cliente y la medición de resultados para la mejora continua.
Sin duda, si las empresas quieren ser competitivas han de adaptarse a este nuevo entorno digital para encontrar nuevas oportunidades y ser más eficientes. Los cambios necesarios para llevar a cabo la transformación digital no deben suponer el fin del mundo, sino el inicio de uno nuevo.